En esta fecha conmemoramos el regreso de Juan Domingo Perón al país, en 1972, luego de casi 18 años de exilio.

En el marco del gobierno de facto del general Agustín Lanusse, falto de legitimidad y totalmente debilitado por la constante presión y participación popular (especialmente el movimiento obrero) se convoca a elecciones presidenciales. El retorno de Juan Domingo Perón, -exiliado y proscripto desde 1955 luego de que fuera derrocado por un golpe militar-, se convirtió en la culminación de una etapa caracterizada por la militancia social, en pos del regreso del líder y la recuperación de las instituciones democráticas. Un acontecimiento histórico.

El anuncio del retorno fue el 7 de noviembre cuando, Perón decía en una solicitada:

“A pesar de mis años [tenía 77], un mandato interior de mi conciencia me impulsa a tomar la decisión de volver, con la mejor buena voluntad, sin rencores que en mi no han sido habituales y con la firme decisión de servir, si ello es posible”.

El 15 de noviembre, desde Roma, expresaba:

“Como en los viejos tiempos, quiero pedir a todos los compañeros de antes y de ahora, que dando el mejor ejemplo de cordura y madurez política, nos mantengamos todos dentro del mayor orden y tranquilidad. Mi misión es de paz y no de guerra”.

El 16 de noviembre, el gobierno de la dictadura de Lanusse, tomó medidas extremas rodeando el aeropuerto Ministro Pistarini (Ezeiza). Sin embargo, a pesar de los cordones de soldados, miles de personas se lanzaron a las calles bajo una fuerte llovizna para darle al bienvenida al líder.

El avión aterrizó el 17 de noviembre, a las 11.20 en Ezeiza. En DC-8 de Alitalia viajaban 154 hombres y mujeres, entre ellos, 22 presidentes provinciales del Partido Justicialista y del distrito capital, miembros retirados de las Fuerzas Armadas, de la Confederación General del Trabajo, las 62 Organizaciones, empresarios, ex funcionarios y legisladores, científicos y artistas, que acompañaban al líder de los trabajadores en su regreso a la Patria.

El general Perón fue retenido en el Hotel de Ezeiza hasta la madrugada del día siguiente cuando decidieron liberarlo y pudo dirigirse a la casa de la calle Gaspar Campos, en Vicente López. Allí, comenzó a preparar al Partido Justicialista para las esperadas elecciones presidenciales del 11 de marzo de 1973. Permaneció en Buenos Aires 29 días y volvió a irse a España, de donde retornaría definitivamente el 20 de junio de 1973, de la mano del presidente justicialista electo Héctor Cámpora, quien renunciará a su cargo para que Perón pudiera asumir, luego de elecciones abiertas, su tercera y última presidencia.

El 17 de noviembre es un símbolo de la resistencia y la lucha de muchas personas que estaban fuertemente comprometidos con la vuelta de la democracia, el respecto de los derechos políticos, sociales y la libertad, valores que con Perón proscripto y exiliado no podían garantizarse.

Conmemorar es recordar y ratificar el compromiso militante de trabajar por los mas altos postulados de una doctrina que permitió vivir las mejores épocas a los argentinos.

La patria Libre, Justa y Soberano por la Felicidad del Pueblo y la Grandeza de la Nación.